En la Biblia encontramos mujeres que sobresalieron por uno u otro motivo. Comenzaré por mencionar a María Magdalena que conmueve e inspira casi como ninguna otra mujer. Ella había llevado una vida de pecado y había sido poseída por siete demonios, pero un día se encontró con Jesús y su vida cambió para siempre. Tuvo el privilegio de anunciar la resurrección de Jesús y se transformó en uno de los baluartes de la Iglesia Cristiana.
En cuanto a Ruth, ella tiene un encanto especial por su nobleza, integridad y profunda fe en Dios. El libro que describe su vida lleva su mismo nombre y presenta el relato de una familia hebrea que salió de Belén, cerca de Jerusalén, debido a una terrible hambruna. Pero gracias a su firme creencia en el Dios verdadero al no quebrantar su fe, Dios recompensó su actitud porque más tarde llegó a casarse con Booz, un hombre muy rico y de esa unión nació un hijo que se convirtió en uno de los ascendientes del Rey David.
Al hacer referencia a Ester, cabe señalar que su nombre aparece 55 veces en la Biblia y esta heroína de la antigüedad sobresale por su belleza, decisión y valor. Ester pertenecía a una noble familia judía; pero se encontraba viviendo en Persia. A través de una serie de circunstancias inesperadas, Ester llegó a ser la reina del poderoso Imperio Medo-Persa. Cuando su pueblo enfrentó una crisis y estaba a punto de ser exterminado, Ester con santa osadía decidió pedir una audiencia especial al Rey a fin de salvar a sus compatriotas y dijo: “Entraré a ver al Rey, aunque no sea conforme a la Ley y si perezco que perezca”. Sin lugar a dudas una mujer decidida y valiente.
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