Ante esta sorprendente noticia María nos dio el más grande ejemplo de humildad y obediencia al expresar:
“He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra” (Lucas 1.38).
En consecuencia estamos seguros que María fue una doncella Inmaculada para que Dios haya fijado sus ojos en ella. Tenía que poseer un corazón limpio y puro. Según algunos escritos. sus padres; quienes eran descendientes de la Tribu de Judá, la llevaban al Templo de Jerusalén, cuando aún era una niña para consagrarla al servicio de Dios. Nadie puede negar que la Virgen María desempeño un papel positivo en la obra de la salvación, por ello será llamada Bienaventurada por todas las generaciones… Y al final de la crucifixión del Señor, allí la vemos al pie de la cruz con su corazón traspasado por el dolor al contemplar al Cordero Inmolado con su cuerpo ensangrentado…! Y con qué entereza sobrellevo aquellas horas de agonía!... Con sobrada razón fue escogida para ser LA MADRE DEL UNIGENITO HIJO DE DIOS.
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