jueves, 13 de mayo de 2010

Bendita entre todas las mujeres

Entre todas las mujeres que han surgido en la historia de la humanidad, LA VIRGEN MARIA ha sido la mujer ideal, la madre por excelencia. Así fue la anunciación del Ángel Gabriel: ¡Alégrate! Llena de gracia, el Señor está contigo… No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; el será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinara sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin… El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado HIJO DE DIOS. (Lucas 1.28-35).

Ante esta sorprendente noticia María nos dio el más grande ejemplo de humildad y obediencia al expresar:
“He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra” (Lucas 1.38).

En consecuencia estamos seguros que María fue una doncella Inmaculada para que Dios haya fijado sus ojos en ella. Tenía que poseer un corazón limpio y puro. Según algunos escritos. sus padres; quienes eran descendientes de la Tribu de Judá, la llevaban al Templo de Jerusalén, cuando aún era una niña para consagrarla al servicio de Dios. Nadie puede negar que la Virgen María desempeño un papel positivo en la obra de la salvación, por ello será llamada Bienaventurada por todas las generaciones… Y al final de la crucifixión del Señor, allí la vemos al pie de la cruz con su corazón traspasado por el dolor al contemplar al Cordero Inmolado con su cuerpo ensangrentado…! Y con qué entereza sobrellevo aquellas horas de agonía!... Con sobrada razón fue escogida para ser LA MADRE DEL UNIGENITO HIJO DE DIOS.

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