Pero, ¿Qué pasó?, Eva fue engañada por la serpiente (que es la representación del mismo demonio). Entonces vemos que Eva no comió sola sino que le dio a Adán y lo hizo desobedecer el mandato divino. De tal manera que Dios sentenció a Eva: Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Por su parte Adán debería trabajar para comer, y de paso les recordó que ambos morirían… y para que no hubiese peligro de que llegaran a comer del fruto del árbol de la vida y de esta manera poder vivir para siempre, los expulsó del Jardín del Edén, según el contenido de Génesis 3:24.
Por esa razón, o sea por el pecado original de Adán y Eva, todos fuimos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3.23). Pero Dios en su infinita misericordia envíó a su hijo Jesucristo para que a través de Él fuésemos reconciliados con el Padre. “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención en Cristo Jesús” (Romanos 3:24).
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